Ganar primero, combatir después
El arte de la guerra, con sus tácticas y secretos, puede aplicarse con gran provecho al progreso de nuestra alma, disputada constantemente por el Cielo y el Infierno… ¿Cuál es nuestro papel en esta batalla?
El arte de la guerra, con sus tácticas y secretos, puede aplicarse con gran provecho al progreso de nuestra alma, disputada constantemente por el Cielo y el Infierno… ¿Cuál es nuestro papel en esta batalla?
Con la Encarnación del Verbo, se inició una nueva relación entre el Creador y sus criaturas, regida por el perdón y por la misericordia.
El Padre celestial llama a José a participar, de manera especial, de su eterna paternidad. El Hijo de Dios y de María será confiado a su paternal cuidado y se dirigirá a José como a un «padre».
La honra de esta humilde vara, testigo tácito de elevados misterios, supera con creces el brillo de los más ricos cetros del mundo.
La cantidad o la gravedad de los pecados, la vergüenza o la pereza, nada puede servir de pretexto para que hagamos mal uso o nos alejemos de este sacramento de curación y de salvación.
Nuestro Señor quiso dejarnos un medio para recurrir continuamente a su perdón y estar moralmente seguros de recibirlo.