Excelencias y bellezas del Santo Rosario
En cierta ocasión, el Dr. Plinio afirmó que si supiese que alguno de sus hijos espirituales
había dejado la práctica de la comunión diaria, tendría mucho recelo por su perseverancia
en la vocación. Sin embargo, mucho más afligido quedaría si supiese que la pobre alma
había abandonado el rezo diario del Rosario, pues romper ese vínculo con la Madre de Dios y nuestra, sería el indicio de una grave caída en la vida espiritual.
En los comentarios del Dr. Plinio transcritos en estas páginas transparece su alto aprecio
por la devoción marial por excelencia.