« Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón »
En su tercera aparición en Fátima el 13 de julio de 1917, la Santísima Virgen anunciaba que vendría una vez más a pedir la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados
Años más tarde, cuando Lucía ya se encontraba en la Casa de las Religiosas Doroteas, en Pontevedra (España), Nuestra Señora la visitaba nuevamente y también a su lado, sobre una nube luminosa, estaba el Niño Jesús:
«Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas que los hombres ingratos, en cada momento, me clavan con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos aquellos que:
• durante 5 meses – en el primer sábado –
• se confiesen,
• reciban la Sagrada Comunión,
• recen el Rosario y
• me hagan 15 minutos de compañía meditando sobre los Misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme,
Yo prometo asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación.»
Vía Online:
Santo Rosario
Meditación
Santa Misa
18:30 (GMT - 6)
Parroquia María Auxiliadora - Ciudad de México
Colegio Salesiano #61, Anáhuac I Secc, Miguel Hidalgo, 11320
Ciudad de México, CDMX
09:00 Santo Rosario
09:30 Meditación
10:00 Santa Misa
Sobre la Confesión
El 15 de febrero de 1926, se le aparece el Niño Jesús y le pregunta si había propagado la devoción a su Santísima Madre.
Le preguntó Lucía si valía la confesión dentro de los ocho días anteriores al sábado, a lo cual respondió Jesús: «Sí, puede ser de muchos más días, con tal que, cuando me reciban, estén en gracia y tengan la intención de desagraviar el Inmaculado Corazón de María».
También le preguntó Lucía qué ocurría si alguien se olvidaba de poner la intención. Jesús respondió: «Pueden ponerla en la confesión siguiente, aprovechando la primera ocasión que tengan para confesarse».
El 13 de septiembre de 1939, el obispo de Leiría concedía la aprobación oficial de esta devoción.
¿Por qué cinco sábados?
Después de que Lucía pasara unos momentos en oración, Nuestro Señor le revelaba la causa de ser cinco los sábados de reparación:
«Hija mía, la razón es sencilla: se trata de cinco clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:
1ª – Blasfemias contra su Inmaculada Concepción.
2ª – Contra su virginidad,
3ª – Contra su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.
4ª – Contra los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños, la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.
5ª – Contra los que la ultrajan directamente en sus sagradas imágenes.