Los pocos instantes que aquel discípulo de San Pío de Pietrelcina pasó en el Purgatorio le parecieron una eternidad. Y decidió recurrir a la Santísima Virgen…
Después de este episodio, fray Daniele retomó su vida de apostolado, como fiel discípulo de San Pío de Pietrelcina. Y cuando alguien le manifestaba cualquier duda acerca del Purgatorio, sabía exponer con claridad la doctrina de la Iglesia, pero, sobre todo, podía agregar su testimonio personal: «¡Vi ese fuego! ¡Sentí el terrible ardor de esas llamas! ¡Mucho pero que el fuego, sufrí el pavoroso tormento de estar separado de Dios!».
¿300 años de Purgatorio? Una historia con el Padre Pío