El pasado domingo 15 de junio, en la hermosa Rectoría de Nuestra Señora de Guadalupe (Buen Tono), ubicada en el centro de la Ciudad de México, se vivió una jornada inolvidable: la Consagración a la Virgen María de alrededor de 400 personas.
Desde antes de comenzar la celebración, la iglesia se fue llenando de fieles con rostros emocionados y corazones dispuestos a entregarse por completo a la Madre de Dios. Muchas familias, matrimonios, jóvenes y adultos mayores se congregaron para sellar su alianza espiritual con la Virgen.
La Santa Misa, celebrada con gran solemnidad, fue el marco perfecto para esta entrega total. Durante la homilía, se recordó que consagrarse a María es elegir el camino seguro hacia Jesús, confiando todo lo que somos y tenemos en las manos de Aquella que nunca abandona a sus hijos.
El momento central fue la renovación comunitaria de la fórmula de consagración. Unidos, los 400 consagrandos pronunciaron con fervor:
“Te elijo hoy, oh María, en presencia de toda la corte celestial, por mi Madre y Reina…”
El templo se llenó de un silencio reverente y profundo, como si el cielo entero escuchara aquella oración pronunciada con amor.
Finalizada la Misa, se entregaron medallas y recordatorios, y no faltaron los abrazos, las lágrimas de alegría y las oraciones agradecidas.
Agradecemos de corazón a todos los que participaron en esta Consagración. Que María Santísima —Madre de Dios y Madre nuestra— los guíe, proteja y conduzca con ternura hacia su Hijo Jesucristo.
¡Salve María!